Blockchain en el IoT
Seguro en algún momento has escuchado hablar de alguno de estos términos, o tal vez de ambos, aún así, antes de comenzar con todo lo que los une dejemos claro a que se refiere cada uno.
Blockchain (cadena de bloques)
El blockchain es un registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red. Aunque el blockchain está directamente asociado con el Bitcoin y otras criptomonedas, su uso no se limita a eso pero digamos que en este caso, podría decirse que el blockchain es como el libro contable donde se registra cada una de las transacciones.
La idea básica es:
En cada bloque se almacena una cantidad de registros o transacciones válidas, información referente a ese bloque, su vinculación con el bloque anterior y el bloque siguiente a través del hash de cada bloque (un código único que funciona como la “huella digital” del bloque). Por lo que, cada bloque tiene un lugar específico e inamovible dentro de la cadena, ya que cada bloque contiene información del hash del bloque anterior.
IoT - Internet of things (Internet de las cosas)
El Internet de las cosas es una red de objetos físicos (cual sea) que utiliza sensores y API’s para conectarse e intercambiar datos a través de internet.
¿Qué le ofrece el blockchain al IoT?
Después de saber a que se refiere cada una de estas tecnologías, podemos dar por hecho que el blockchain puede convertirse en un excelente aliado en seguridad para la industria del Internet Of Things.
La cantidad de datos que procesan los dispositivos de IoT es enorme, todos suministrados en cadena y expuestos a embestidas de cibercriminales. Es aquí cuando surge la posibilidad de aprovechar la arquitectura del Blockchain para autenticar, estandarizar y proteger la adopción de datos que manejan los dispositivos.
Para la seguridad del IoT, la cadena de bloques es capaz de monitorear la información que recogen los sensores, sin permitir que estos se dupliquen por algún dato equivocado. Asimismo, los sensores pueden transferir datos mediante la tecnología Blockchain, sin necesidad de tener un tercero que genere confianza.
Se agrega la autonomía de los dispositivos, la integridad de datos, identidad virtual y comunicación punto a punto, deshaciéndose de deficiencias técnicas y cuellos de botella.
Por si fuera poco, el Blockchain y los dispositivos de Internet de las Cosas son direccionables y son capaces de listar un historial de equipos conectados, abriendo un banco para que en el futuro se logren solventar problemas.