Ventilación, tan importante como usar cubrebocas
Se puede conseguir que disminuya mucho la cantidad de aerosoles que inhalamos cuando permanecemos en una habitación ventilada, es decir, abriendo puertas y ventanas.
Los aerosoles son partículas que están suspendidas en el aire.
Cuando respiramos, hablamos, cantamos, tosemos o estornudamos, las gotitas respiratorias emitidas se mezclan en el aire circundante y forman un aerosol. Debido a que las gotas más grandes caen rápidamente al suelo, los aerosoles respiratorios a menudo se describen como formados por gotas más pequeñas de menos de 5 micras, o aproximadamente una décima parte del ancho de un cabello humano. Estas gotitas pequeñas que forman los aerosoles pueden flotar durante horas, y pueden ser portadoras de coronavirus vivos si la persona que lo exhala está infectada.
Esto significa que si alguien que no sabe que está infectado porque es asintomático, entra a algún establecimiento y no trae puesto el cubrebocas o lo tiene mal colocado, deja una nube de aerosoles en el área, dejando a las demás personas expuestas a estos.
Entonces, cuanto más tiempo permanezcamos en un entorno mal ventilado, mayor será el riesgo de exposición. Los medidores de CO2 son herramientas completamente necesarias para saber cuando se requiere mejorar la ventilación de un lugar.
¿Cómo ventilar?
Cuando la ventilación es natural, se recomienda ventilación cruzada: apertura de puertas y/o ventanas opuestas o al menos lados diferentes de la sala, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el lugar.


